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1. Estudio de hábitos alimentarios y estilo de vida de los universitarios La Fundación Española de Nutrición ha realizado el estudio “Hábitos alimentarios y estilos de vida de los universitarios españoles. Patrón de consumo de bebidas fermentadas”. Los principales datos señalan que la población universitaria presenta una adherencia intermedia-baja a la dieta mediterránea. Se trata de un trabajo transversal descriptivo realizado a la población universitaria durante el curso académico 2012/2013, con una muestra de 978 estudiantes de 21 universidades españolas. Según Emma Ruiz, directora de Proyectos de la Fundación Española de la Nutrición, “el objetivo ha sido conocer por primera vez los hábitos alimentarios y estilos de vida de los universitarios españoles, así como su asociación con el patrón de consumo de bebidas fermentadas, valorarlos y determinar los puntos débiles para desarrollar acciones que mejoren dichas debilidades”. Los estudiantes universitarios presentan una dieta general que se aleja de las recomendaciones actuales en cuanto al consumo de los diferentes grupos de alimentos y a los patrones de dieta mediterránea. En relación al patrón de bebidas fermentadas (cerveza, vino y sidra), realizan un consumo moderado que se asocia con alimentos. Por su parte, más de la mitad de los jóvenes que consumen cerveza de forma moderada hace actividad física habitual y no se ha visto ninguna asociación entre la ingesta de este tipo de bebidas con un aumento de masa corporal. La investigación ha puesto de manifiesto que, en general, los alumnos no cubren las recomendaciones de algunos grupos de alimentos en la dieta, como cereales, cereales integrales y patatas, frutos secos, legumbres, frutas, verduras y aceites (de oliva y girasol). En cuanto el peso corporal, un 72,9% de los universitarios (la mayor parte) se encuentra dentro de la clasificación de normopeso. Además, un 6,3% presenta un peso insuficiente y un 20,6% tiene sobrepeso u obesidad, en mayor proporción en la población masculina. En cualquier caso, se observa un mayor aporte de proteínas y grasas, e inferior en hidratos de carbono. Además, en relación a la ingesta de micronutrientes, se han detectado algunas carencias como en la ingesta de hierro, magnesio, potasio, vitamina A, D y E, así como Cinc y ácido fólico. Este estudio señala también que el agua es la bebida mayoritaria aunque el consumo se encuentra por debajo de las recomendaciones. En relación a las bebidas fermentadas, el 56% de los universitarios consume cerveza y manifiesta un consumo moderado (menos de una cerveza al día). El 42,7% de los que consumen este tipo de bebidas lo hace acompañado de alguna comida principal o aperitivo, una costumbre muy arraigada en España, que forma parte de la Dieta Mediterránea. Cuando se trata de cerveza, el 70,1% de los universitarios que la toman, la suelen acompañar de alimentos. Sobre el horario, el consumo de bebidas fermentadas como la cerveza se distribuye en diferentes momentos del día, frente al consumo de bebidas de alta graduación que es básicamente por la noche. Por otra parte, el 95% de los universitarios acostumbra a tomar la cerveza en compañía de sus amigos y el lugar en el que se toma es, en el 87,8% de los casos, en los bares y cafeterías. Según los datos antropométricos, no se observan diferencias en cuanto al Índice de Masa Corporal entre los consumidores o no de cerveza. Estos datos coinciden con los resultados del estudio “Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal”, realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que apunta a que un consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no provocaría un aumento del peso corporal ni modificaciones en la composición corporal, ni en el perímetro abdominal. El 59,5% de los estudiantes que han participado en la investigación realiza algún tipo de actividad física y/o deportiva habitualmente, aunque los hombres presentan un mayor hábito (68,5%) que las mujeres (51,8%). La actividad física más practicada por los universitarios es correr, nadar, gimnasia o ciclismo. Según la zona geográfica, el noreste y levante cuentan con mayor proporción de universitarios que realizan actividad física (69,7% y 66,5% respectivamente), mientras que en el norte la cifra baja a un 50,8%. En este sentido, un estudio de la Universidad de Las Palmas, que evalúa la cerveza en la alimentación de los españoles y la relación con la actividad física, entre otros temas, apoyaría este resultado, ya que pone de manifiesto que las personas que consumen cerveza de forma regular realizan una actividad física más elevada que las no consumidoras o las que lo realizan de forma excesiva. |
2. "Materias saludables” en los planes educativos europeos Este proyecto fue presentado el pasado lunes, 16 de diciembre, en una jornada donde diversos expertos en la materia opinaron sobre la importancia de inculcar hábitos de vida saludable desde la infancia. Allí se explicó que esta iniciativa parte del hecho de que la gastronomía es una de las manifestaciones culturales "más importantes" del ser humano y un elemento "esencial" de la identidad y patrimonio cultural europeo. Resulta, además, ser un factor de riqueza y un "importante reclamo" para el turismo. Hay que tener en cuenta también que el estado de salud y el bienestar de la población están muy condicionados por el tipo de alimentación y la adquisición, desde la infancia, de hábitos alimenticios saludables. Por este motivo, según ha informado el eurodiputado y miembro de la Comisión de Educación y Cultura del Parlamento Europeo, Santiago Fisas, el texto solicita a los Estados miembros de la Unión Europea la inclusión en los planes de estudios de conocimientos sobre alimentación y salud nutricional, a la vez de formación en cultura y experiencia gastronómica, así como la formulación de políticas encaminadas a mejorar la industria gastronómica y garantizar el mantenimiento de la diversidad y singularidad de los productos artesanales, locales, regionales y nacionales. Fisas indicó que “hay que promover también entre los más pequeños la realización de actividad física y mostrarles que el placer que produce la comida es bueno para la salud siempre y cuando se haga a través de alimentos saludables. En esta formación son necesarios los padres pero, más aún, las escuelas". Estas declaraciones han sido corroboradas por el director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III y director de la unidad de cardiología del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, Valentín Fuster. Señaló que "más allá de los conocimientos sobre nutrición, es necesario concienciar a la sociedad de que lo importante es comer menos y realizar ejercicio físico a diario". Fuster incidió en que “el mundo se está enfrentando actualmente a la epidemia de las enfermedades cardiovasculares, las cuales se producen principalmente por seis factores de riesgo: la elevada hipertensión arterial, la obesidad, diabetes, tabaquismo, el elevado colesterol y el sedentarismo”. Por este motivo, el experto ha destacado la necesidad de que se eduque a los más pequeños en estos hábitos saludables ya que ha reconocido que cambiar las costumbres alimenticias de las personas mayores es una tarea más complicada: “El problema de esta epidemia es que la gente no se cree que sea vulnerable y, debido a ello, es necesario que se formen a los niños de entre tres y seis años en estilos de vida saludables para que sean adultos sanos en el futuro”. El presidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón, advirtió que “no hay sistema sanitario que soporte más obesidad y más enfermedades derivadas de una mala alimentación. Actualmente, se está perdiendo la cultura de mesa y los niños comen mirando la televisión o delante del ordenador. Hay que recurrir a todo el entorno familiar y educativo para que se conciencien sobre la importancia que tiene saber comer y sobre el hecho de que una de las cosas que más influyen en la calidad de vida es la alimentación". Finalmente, el presidente de la Fundación Española de la Nutrición, Gregorio Varela, y el vicepresidente del Grupo Popular Europeo, Jaime Mayor Oreja, destacaron la importancia que tiene el proyecto y han pronosticado que serán bien recibido por los Estados miembros. |
3."Documento Bilbao”: Prevención de la muerte súbita en los deportistas La Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE), la Sociedad Vasca (EKIME) y el Colegio de Médicos de Bizkaia (CMB) han firmado el “Documento Bilbao”. En él, las tres instituciones exponen las medidas que son necesarias para evitar y prevenir los episodios de muerte súbita en los deportistas. El pasado tres de diciembre, y ante las últimas muertes repentinas ocurridas a deportistas en el desarrollo de su actividad, el Colegio de Médicos de Bizkaia, en colaboración con la Sociedad Vasca y la Federación Española de Medicina del Deporte, organizó una mesa redonda. En ella, se revisaron los motivos por los que estos fallecimientos se pueden producir y ahondar en las medidas que los profesionales de la medicina pueden ofrecer a la sociedad para procurar evitar el mayor número posible de ellos. Los participantes fueron: El Prof. Dr. Juan Gondra (vicepresidente académico del Colegio de Médicos de Bizkaia y profesor de la UPV-EHU), la Dra. Teresa Gaztañaga (presidenta de EKIME), el Dr. Zigor Madaria (cardiólogo) y el Dr. Emilio Luengo (cardiólogo y miembro Grupo de Trabajo de Muerte Accidental y Súbita del Deportista de la Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) y del grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte y de la Actividad Física de la Sociedad Española de Cardiología). Todos ellos aportaron su visión y experiencia al tiempo que respondieron a las diferentes cuestiones planteadas por el público asistente. Un público en el que no faltaron profesionales médicos del deporte de primer nivel, así como organizadores de diferentes pruebas deportivas. Como resultado de la jornada, se consensuó un documento que tanto el Colegio de Médicos de Bizkaia como organizador, como EKIME y FEMEDE, han querido compartir con la sociedad en general, con el objetivo de que pueda servir de asesoramiento a aquellas personas que practican deporte, a la hora de tomar las medidas necesarias para evitar poner en riesgo su vida. |
4. Las mujeres de más de 70 años pasan dos tercios del día inactivas Para llevar a cabo esta investigación se analizó a 7.200 mujeres. A todas ellas se les entregó un acelerómetro para registrar cuánta actividad física realizaban a diario. Las participantes, mayores de 70 años, usaron el dispositivo durante una semana. Los resultados determinaron que las voluntarias pasaron dos tercios del día (algo menos de diez horas) sin realizar actividad física, ya fuese estando de pie o sentadas. Dentro del grupo de estudio, las mujeres más longevas y con mayor peso fueron las más propensas a pasar mucho tiempo del día sin realizar ejercicio. Según los investigadores, este hecho podría probar que la conducta sedentaria estaría asociada a la aparición de diversas enfermedades y también de episodios relacionados con la discapacidad y la dependencia. Por otro lado, la mayoría de esos "brotes" de conducta sedentaria era breve y las mujeres tendían a pararse durante cortos periodos de tiempo para luego empezar de nuevo a moverse. Ese tiempo de sedentarismo incluía una inactividad física total durante al menos media hora. Sobre las conclusiones de este trabajo, la doctora Catherine A. Sarkisian (directora del Centro del Consorcio Comunitario Académico de Los Angeles para la Investigación del Envejecimiento y geriatra de la Universidad de California) explicó que "hasta las personas que van al gimnasio todos los días y corren diez kilómetros en una cinta pueden padecer las consecuencias del sedentarismo si pasan entre ocho y diez horas sentadas frente a un escritorio o la televisión". A pesar del excesivo tiempo de inactividad de las mujeres, al equipo encargado de este estudio, dirigido por Eric J. Shiroma (Facultad de Salud Pública de Harvard), le sorprendió que las participantes fueran sedentarias sólo durante períodos cortos. Al respecto, Sarkisian opinó que "es un hallazgo interesante y me gustaría que desafíe el antiguo estereotipo del adulto mayor sentado en una silla sin hacer nada importante". |
5.Publicada la lista de sustancias y métodos prohibidos en el deporte El BOE ha publicado la resolución del CSD sobre la lista de sustancias y métodos prohibidos en el deporte para 2014. Se aplicará a los procedimientos de control de dopaje en competiciones oficiales. El texto indica que se prohíbe en todo momento toda sustancia farmacológica que no esté incluida en alguna de las secciones de la lista y que no esté actualmente aprobada por alguna autoridad gubernamental reguladora de la salud para uso terapéutico humano (por ejemplo, medicamentos en desarrollo preclínico o clínico o suspendido, fármacos de síntesis, sustancias aprobadas únicamente para uso veterinario). - La administración o reintroducción de cualquier cantidad de sangre autóloga, alogénica (homóloga) o heteróloga o de productos de hematíes de cualquier origen en el sistema circulatorio - La mejora artificial de la captación, el transporte o la transferencia de oxígeno, que incluye pero no se limita a: productos químicos perfluorados, efaproxiral (RSR13) y los productos de hemoglobina modificada (productos basados en sustitutos de la hemoglobina o en hemoglobina microencapsulada) excluyendo el oxígeno suplementario. - Cualquier forma de manipulación intravascular de la sangre o componentes sanguíneos por medios químicos o físicos. |
Estudio de la Universidad de Umea (Suecia)
La Universidad de Umea (Suecia) ha elaborado un estudio sobre los beneficios de la actividad física a largo plazo. Los datos revelan que aquellas personas con una buena aptitud aeróbica durante la adolescencia pueden llegar a tener un 18% menos de probabilidades de padecer problemas cardiacos en la edad adulta. Los resultados también sugieren que los adolescentes y los jóvenes que realizan un entrenamiento cardiovascular regular reducen en un 35% en el riesgo de sufrir un ataque cardiaco más adelante. El autor principal de esta investigación, Peter Nordstrom, manifestó que "se debe destacar que la aptitud aeróbica disminuyó también el riesgo en hombres que actualmente padecen sobrepeso o son obesos”. Aquellos que durante su adolescencia tenían una estupenda condición aeróbica, tiene un 60% menos de probabilidades de tener problemas cardiacos en comparación con quien la tenían peor”. El estudio determinó que los hombres obesos con una buena condición aeróbica tuvieron un riesgo de ataque cardiaco más alto que los hombres en buena forma física. Aunque en esta investigación se encontró una asociación entre la aptitud aeróbica y un menor riesgo de problemas cardiacos, no se estableció una causalidad. El jefe de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, el Dr. Stephen Daniels, señaló que “los hallazgos enfatizan la necesidad de una mejor forma física entre los jóvenes. Aunque las enfermedades de las que hablamos aparecen durante la edad adulta, cada vez está más claro que el estado de las personas durante la infancia y la adolescencia tiene una importancia crítica. Probablemente no estamos haciendo lo suficiente por ayudar a nuestros jóvenes a lograr una buena condición física y a evitar la obesidad". Para el trabajo, los investigadores analizaron datos médicos de 743.498 hombres que fueron reclutados por el ejército sueco a los 18 años de edad entre 1969 y 1984. Como parte de su ingreso, todos los reclutas recibieron un examen físico que incluyó una prueba de su aptitud aeróbica. Todos tenían que montar en una bicicleta estacionaria hasta estar demasiado extenuados como para continuar. Los registros nacionales de salud proveyeron información sobre los ataques cardiacos que los hombres sufrieron más adelante. Los médicos usaron estos datos médicos para rastrear a los hombres durante un promedio de 34 años tras su examen físico militar. Los investigadores hallaron que los hombres con peor aptitud aeróbica tenían más del doble de riesgo de un ataque cardiaco posterior, en comparación con los hombres con los que se encontraban en buena forma. Daniels indicó que “este trabajo ayuda a abordar la cuestión de “forma física vs sobrepeso” ya que nos indica que ambas cosas son importantes, pero de forma independiente. Una buena aptitud física no puede contrarrestar del todo los efectos del peso en exceso sobre la salud. Obviamente, lo mejor es tener un peso normal y una buena condición física, que es lo que deberíamos buscar para la mayor parte de la población". El Dr. Mark Urman, miembro del Comité de Prevención de las Enfermedades Cardiovasculares del Colegio Americano de Cardiología, destacó que “si uno tiene una buena condición física en la adolescencia, es más probable que permanezca en buena forma durante toda la vida. Mientras mejor sea, menos probable es que tenga problemas cardiovasculares". |
9. SEEDO aconseja dieta mediterránea y ejercicio para la salud mental Una dieta equilibrada y la actividad física ayudan a blindar el cerebro contra la depresión, el estrés, la ansiedad o los trastornos del ánimo. Además, el sobrepeso se asocia con un mayor riesgo de sufrir depresiones. La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad resalta que el sobrepeso se asocia con un mayor riesgo de sufrir depresiones y recomienda la dieta mediterránea para alimentar la felicidad. Miguel Ángel Martínez (catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y miembro de la SEEDO) asegura que la depresión es el tema más estudiado en la relación entre nutrición y salud mental: "Alimentar la felicidad es un modo poético de decirlo, pero hemos encontrado que patrones alimentarios para prevenir la enfermedad cardiovascular se asocian a un menor riesgo de depresión". Existen alimentos claves para el sistema nervioso central. Martínez cita aquellos que contienen ácidos grasos omega 3, ácido fólico y vitaminas del grupo B "porque colaboran en las reacciones bioquímicas de síntesis de neurotransmisores y en la fluidez de las membranas neuronales. El patrón alimentario de dieta mediterránea reduce entre un 40 y un 50% el riesgo de desarrollar depresión". Según la SEEDO, el riesgo de padecer depresión es un 55% mayor en las personas obesas, mientras que el riesgo de obesidad aumenta un 58% entre quienes tienen depresión. El experto añade que "la bollería industrial y las comidas rápidas representan un mayor riesgo de desarrollar cuadros depresivos y la obesidad infantil y juvenil se asocia a la depresión en la vida adulta". En cambio, asegura que la dieta mediterránea presenta muchos beneficios: "Aunque es un patrón relativamente rico en grasas, se trata de grasas de origen vegetal, como el aceite de oliva; además tiene un consumo abundante de verduras, frutas como postre y de un vaso de vino tinto con las comidas". En este tipo de dieta escasean los postres muy dulces y las carnes rojas y abundan las legumbres, los cereales, el pescado y los frutos secos que representan una "protección significativa frente al deterioro cognitivo leve", un tema que aún está en estudio. Además de tratar de seguir la dieta mediterránea, los expertos en nutrición recomiendan tener un horario de comidas ordenado, así como comer en familia o con amigos. La alimentación necesita un componente social, el apoyo es fundamental para prevenir las enfermedades mentales. Por otro lado, deben evitarse las comidas rápidas, los cárnicos procesados, las grasas trans y los refrescos azucarados. Hay que responder al apetito normal y en las cantidades adecuadas y no ver la comida como una válvula de escape de las frustraciones, ni asociar conductas alimentarias al aburrimiento o a comportamientos repetitivos. El Plan Integral para la Actividad Física y el Deporte del Consejo Superior de Deportes resume la importancia de decir adiós a la pereza para mantener la salud mental: "El ejercicio mejora la salud mental, actuando sobre la ansiedad, el insomnio y los trastornos del ánimo. La autodisciplina que impone la práctica regular de ejercicio puede llevar al sujeto a experimentar una mayor sensación de control sobre su vida". Alejandro Lucía (catedrático de Fisiología del Ejercicio e investigador de la Universidad Europea en Madrid) precisa que aunque el ejercicio es crucial para la salud, el primer paso para reducir el sedentarismo es la actividad física, que se trata de incorporar el movimiento a nuestra vida cotidiana. Aunque la vida actual se empeña en que nos movamos lo menos posible (coches, ascensores, escaleras mecánicas), poner a trabajar los músculos es esencial para la cabeza. Lucía explica que “la actividad tiene beneficios epidemiológicamente demostrados en la mejora de síntomas de depresión y puede atenuar el declive cognitivo que ocurre con la edad. Las personas están cada vez más fatigadas y deprimidas, es un círculo vicioso y, curiosamente, fatigarse un poquito todos los días puede atenuar la fatiga crónica". |
Data de realització: 01/29/2014 | Data de la darrera actualització: 02/26/2014
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